“Asumir que podemos hacer algo ya nos convierte en parte de la solución.”

“Yo crecí en un barrio donde parecía que la única opción era meterme en pandillas. A los 15 ya estaba metido en problemas con la policía. Pensaba que mi vida no tenía salida… Hasta que llegué a Reintegra. Al principio no confiaba en nadie, pero poco a poco entendí que valía la pena cambiar. Ahora terminé la prepa, tengo un trabajo estable y quiero estudiar criminología para ayudar a jóvenes como yo. Si yo pude salir, cualquiera puede.”

Carlos, 19 años

“Mi vida estaba destruida por las drogas y las malas decisiones. Perdí amigos, familia, todo. En Reintegra me enseñaron a sanar heridas que nunca había enfrentado. Aprendí a perdonar y a pedirme perdón a mí misma. Hoy soy voluntaria en Reintegra. Ya no soy ‘la chica problema’, ahora soy ejemplo para mis hermanos menores.”

Mariana, 22 años

“Tenía 13 años cuando entré a robar por primera vez. A los 17 ya había estado en un centro de detención. Pensaba que mi historia estaba escrita. Pero Reintegra me dio otra familia, me enseñó disciplina y valores. Aprendí carpintería y ahora tengo mi propio taller. Hoy puedo mirar a mi mamá a los ojos y decirle: ‘Lo logré, ya no soy ese muchacho perdido’.”

José, 20 años

Somos la única organización en México que acompaña a adolescentes en conflicto con la ley para evitar que terminen en prisión.

También trabajamos en comunidades para prevenir el delito desde la raíz.

96%

El 96% de los chavos que entran a Reintegra no vuelven a delinquir

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