La reinserción no es el final de una historia, es la oportunidad de empezar otra.
Muchas veces se habla de ella como “prevención terciaria”, pero en Reintegra sabemos que es mucho más: es la forma más efectiva de evitar que una decisión equivocada se convierta en una condena de por vida.
Durante la adolescencia, el cerebro aún está en desarrollo. Entender las consecuencias de los actos no siempre es sencillo, y muchos jóvenes creen que nada les puede pasar.
En un país donde el 94% de las denuncias quedan impunes, el mensaje parece claro: sus acciones no tendrán consecuencias.
Hasta que la realidad los alcanza. Y no solo a ellos: sus familias también enfrentan miedo, extorsiones, pérdida de empleo y rupturas dolorosas. De pronto, todos descubren que una decisión puede afectar muchas vidas.
En ese momento llegan a Reintegra. Aquí encuentran algo distinto: un espacio donde no son definidos por lo que hicieron, sino por lo que todavía pueden lograr. Un lugar donde, junto a sus familias, descubren que sí existen oportunidades reales para construir un camino nuevo.
La reinserción funciona porque transforma desde la vivencia. Tras haber enfrentado las consecuencias, descubren que también se puede vivir algo distinto: acompañamiento, comunidad y la posibilidad real de un futuro diferente.
Por eso afirmamos que la reinserción es prevención en su forma más poderosa: porque cuando un joven decide escribir una nueva historia, también cambia la de quienes le rodean.
Metodología de Reinserción
Metodología de Reinserción
Nuestra metodología busca un cambio profundo, no solo en el adolescente, sino en toda su familia. El proceso empieza desde el primer momento: en la puerta, donde cada joven y cada familia son recibidos con dignidad, respeto y un trato humano. Desde ahí dejamos claro algo esencial: son importantes, son vistos y son valorados como las personas únicas que son.
A partir de ese primer encuentro, realizamos un diagnóstico individualizado que nos permite acompañarlos en sus necesidades específicas, sumando también las medidas que indique el juez. Nuestro propósito es que desarrollen habilidades socioemocionales que los ayuden a tomar decisiones más conscientes y construir un futuro distinto.
Durante todo el proceso nos enfocamos en fortalecer las 5 habilidades socioemocionales básicas, esenciales para cualquier persona: